Samuel Beckett escribió La última cinta de Krapp que fue estrenada en el Royal Court en 1958 bajo la dirección de Donald McWhinnie e interpretada por Patrick Magee.
La obra está basada, Krapp, un viejo sin triunfo ni gloria que ha ido plasmando todos sus recuerdos en cintas con el fin de salvaguardar su memoria evitando el paso del tiempo que todo lo destruye.
Así la obra se va desarrollando en función a las reacciones y cambios que va sufriendo el protagonista al escuchar su propia voz del pasado .
En este mismo escenario mencionado, en el Octubre del 2006 Harold Pinter (un dramaturgo, guionista, poeta, actor, director y activista político inglés, ganador del Premio Nobel de Literatura en 2005) interpretó a este personaje.
Pinter, desde joven acostumbraba a enviar sus manuscritos a Beckett para que este se los devolviera corregidos. Fue así como el dramaturgo, al leer el manuscrito de One for the road (1985) dijo que Pinter “estaba obsesionado con las amenazas a la libertad”. No iba muy desencaminado al materializarse esta idea en el discurso que el actor y escritor pronunciaría cuando ganó el premio Nobel: “Las estructuras políticas se están enfrentando constantemente y ninguno de nosotros puede escapar. Es responsabilidad nuestra ser consciente de ello”. Estas palabras evidenciaron la actitud del escritor para expresar el deber de la sociedad de actuar ante tales situaciones.Esta forma de pensamiento podría ser una de las razones por las que el autor de Old Times decidió volver a alzar su voz en Jerwood Theatre Upstairs de Londres adentrándose en la piel de Krapp e intentando, como el personaje beckettiano, recuperar su memoria y saldar una vieja deuda con Beckett enfrentándose al reto de “la precisión de las imágenes”, pues como Pinter afirma,el personaje “no deja de ser un reflejo móvil y pasajero”por lo que si Pinter se mueve un sólo milímetro, Krapp desaparecerá y Pinter se encontrará con su propia imagen.
Por ello podemos decir que Beckett coloca a sus personajes en situaciones extremas y a partir de ahí los hace desenvolverse y evolucionar. Por eso podemos considerar la obra de Beckett como “un canto a la resistencia humana frente a cualquier adversidad”(Rodríguez Gago).
En el siguiente enlace, se presenta una entrevista al escritor sobre la interpretación de este curioso personaje así como la posible proximidad que pudo experimentar el actor hacia Krapp.
http://www.youtube.com/watch?v=GjM072LCTvo


