viernes, 29 de marzo de 2013

SB & HP


Samuel Beckett escribió La última cinta de Krapp que fue estrenada en el Royal Court  en 1958 bajo la dirección de Donald McWhinnie e interpretada por Patrick Magee.
La obra está basada, Krapp, un viejo sin triunfo ni gloria que ha ido plasmando todos sus recuerdos en cintas con el fin de salvaguardar su memoria evitando el paso del tiempo que todo lo destruye.
Así la obra se va desarrollando en función a las reacciones y cambios que va sufriendo el protagonista al escuchar su propia voz del pasado .


En este mismo escenario mencionado, en el Octubre del 2006 Harold Pinter (un dramaturgo, guionista, poeta, actor, director y activista político inglés, ganador del Premio Nobel de Literatura en 2005) interpretó a este personaje.
Pinter, desde joven acostumbraba a enviar sus manuscritos a Beckett para que este se los devolviera corregidos. Fue así como el dramaturgo, al leer el manuscrito de One for the road (1985) dijo que Pinter “estaba obsesionado con las amenazas a la libertad”. No iba muy desencaminado al materializarse esta idea en el discurso que el actor y escritor pronunciaría cuando ganó el premio Nobel: “Las estructuras políticas se están enfrentando constantemente y ninguno de nosotros puede escapar. Es responsabilidad nuestra ser consciente de ello”. Estas palabras evidenciaron la actitud del escritor para expresar el deber de la sociedad de actuar ante tales situaciones.


Esta forma de pensamiento podría ser una de las razones por las que el autor de Old Times decidió volver a alzar su voz en Jerwood Theatre Upstairs de Londres adentrándose en la piel de Krapp e intentando, como el personaje beckettiano, recuperar su memoria y saldar una vieja deuda con Beckett enfrentándose al reto de “la precisión de las imágenes”, pues como Pinter afirma,el personaje “no deja de ser un reflejo móvil y pasajero”por lo que si Pinter se mueve un sólo milímetro, Krapp desaparecerá y Pinter se encontrará con su propia imagen.


Por ello podemos decir que Beckett coloca a sus personajes en situaciones extremas y a partir de ahí los hace desenvolverse y evolucionar. Por eso podemos considerar la obra de Beckett como “un canto a la resistencia humana frente a cualquier adversidad”(Rodríguez Gago).

En el siguiente enlace, se presenta una entrevista al escritor sobre la interpretación de este curioso personaje así como la posible proximidad que pudo experimentar el actor hacia Krapp.

http://www.youtube.com/watch?v=GjM072LCTvo

 
Realizado por Claudia Dasí.



miércoles, 27 de marzo de 2013

Día mundial del teatro



Hoy, 27 de Marzo, es el día mundial del teatro. Deberíamos estar contentos y celebrarlo por todo lo alto, pero el problema es que ya no tenemos recursos. ¿Qué vamos a celebrar, que ya no se invierte en cultura, que no se invierte en espectáculos, que los autores no pueden poner en práctica aquello que han escrito?

Desgraciadamente, en la actualidad, los actores y las compañías teatrales tienen dificultades para encontrar escenarios públicos, teatros y espectadores, todo a causa de la crisis. Los dirigentes, por tanto, ya no están preocupados por controlar a aquellos que les citan con ironía y sarcasmo, ya que no hay sitio para los actores, ni hay un público al que dirigirse.

Ante esta situación no podemos hacer otra cosa que crear, crear sin descanso. ¿No pensáis que es el momento de resurgir nuestro querido teatro del absurdo? Como hemos estudiado el teatro del absurdo se caracteriza por tener fuertes rasgos existencialistas y cuestionar la sociedad y al hombre, siempre a través del humor y la mitificación, la incoherencia, el disparate y lo ilógico. ¿Acaso no es eso lo que nos hace falta ahora mismo? ¡Necesitamos obras que critiquen desde un punto de vista humorístico este momento absurdo por el que estamos pasando!

Y mientras pasa la tormenta, sigamos luchando porque no se acabe con el teatro, sigamos creando, sigamos escribiendo, sigamos actuando.

Realizado por Gemma Fuster

domingo, 24 de marzo de 2013

“La comedia que nunca escribió Mihura”



Como todos sabemos, Miguel Mihura fue uno de los dramaturgos españoles más representativos del teatro del absurdo. Pues bien, investigando en la red a cerca de obras y puestas en escena suyas, nos hemos encontrado con esto: "La comedia que nunca escribió Mihura", un atrevido proyecto de Carlos Contreras Elvira como escritor, y Tamzin Townsend como directora, que se llevó a escena durante el pasado mes de Noviembre.
Esta obra surge a partir de la idea de crear la dramaturgia mediante la unión de autor, actores y el director, basándose en la curiosa manera que tenía Mihura de crear sus dramaturgias. Su método de creación, para los que todavía no lo conozcáis, partía en base a una frase, a partir de la cual creaba el resto de la obra. Pero Mihura no llegó a desarrollar todas las frases que tenía en su libreta, y Townsend y Contreras se llenaron de valor y consiguieron sacar adelante este proyecto en el que veían como poco a poco, día a día, con ensayos y mucho trabajo se iba formando una obra digna del teatro del absurdo. Asímismo, Townsend declara: “Escribir durante los ensayos y realizar la obra junto a los actores es algo muy abierto y divertido que te enriquece por lo que tiene de experimentación”.
La famosa frase de la que partían los actores y el autor y los directores fue la siguiente: "El administrador de una finca tiene que echar a un inquilino por falta de pago". Contreras Elvira primero hizo una escaleta que contaba la historia de dos inquilinos que no tenían dinero para pagar a su casero y a partir de ahí realizó otra en la que la historia de los inquilinos se corresponde con la que está intentando escribir un dramaturgo sin suerte que aspira a ser como Mihura.
 Teatro dentro del teatro, pues, y mucho humor para una trama que se ha rodado sola, con gran personalidad, y con buen sentido de la comedia.
¿No sería muy interesante y enriquecedor para nosotros participar en un proyecto así?

 Realizado por Gemma Fuster.


Lupa y su visión de Beckett


He encontrado un artículo que veo conveniente comentarlo por el interés común de todos los que estamos realizando ahora segundo en la ESAD pues a lo largo de su desarrollo expone muchas de las vivencias que nosotros comenzamos a experimentar.


En el 2010 de estrenó en La Abadía, Fin de partida de Beckett dirigida por uno de los autores conmás prestigio del teatro polaco, Krystian Lupa.

 Lupa es el director de escena más influyente de Polonia con importante papel en Francia y Alemania (Premio Europeo de Teatro 2009). Estudió Bellas Artes, Cine y Teatro y ha desarrollado gran parte de su trabajo en el Teatro Stary de Cracovia.


Final de partida es su primer Beckett, y también para José Luis Gómez( protagonista de la obra), impulsor de esta producción y responsable de haber elegido una obra que, según dice, “no puede entenderse sin tener en cuenta cuándo fue escrita, tras la II Guerra Mundial, después de la catástrofe atómica”.

 Para la realización y comprensión de esta obra, el director ha seguido los pasos del que para él es el padre de Beckett, Thomas Bernhard. Éste, le resulta imprescindible para poder entender a Beckett con mayor riqueza ya que en Fin de partida el pensamiento verdadero está oculto, algunas veces bajo un texto que expresa lo contrario por lo que no viene mal un poco de ayuda que desvele la visión del autor.

Se cuenta que aún a muy pocos días del estreno de la obra ,el director Lupa insistía en seguir de cerca el texto pues pese a que la fase de trabajo de mesa ya había finalizado , Beckett alberga una gran significación en el contenido de sus frases por lo que buscan precisar su sentido, su intencionalidad y así poder ver más allá de los rasgos bufonescos , irónicos y el cinismo que engloba el texto.

 De este modo, se manifestaba una de las situaciones que tantas veces hemos evidenciado este año donde el profesor enseña al alumno que el texto guarda mucha signifiación desconocida para el actor que el mismo debe descubrir poco a poco analizándolo y trasladándolo a la escena para encontrar allí su verdadero sentido, claro que esto requiere de mucha ayuda para que el “alumno” no se pierda en el camino.

 Así , lo afirmaba el director:“El texto nos invade, hay mucho misterio que desentrañar. Cuando encontremos el mecanismo adecuado, estas distintas capas se fundirán y todo fluirá... En todos los textos necesitamos aprender a nadar.Los pensamientos de mayor valor surgen cuando creamos situaciones, y estas son una continuación de la comprensión del texto. Por eso, debemos volver siempre al texto”.

 A lo que el actor contesta: “Cuando estoy contigo veo lo que dices, pero cuando me meto en este mar de palabras, todo se confunde”.

Finalmente,en lo que respecta a la obra, el director la situó en un búnker de la Segunda Guerra Mundial: “ En Polonia había muchos búnkers abandonados y los niños solíamos jugar en ellos. Es un sitio que me recuerda la infancia”.
Así pues, la obra trata sobre “ la herida espiritual, psíquica, que uno recibe de niño y que provoca que de adultos equivoquemos el camino. Cuando nos damos cuenta ya es demasiado tarde. De niños nuestros juegos giran en torno a la catástrofe, nos gustan los juegos ocultos, construimos una fantasía para protegernos, para salvarnos del exterior”

Aquí os dejo un enlace sobre una breve entrevista del 2010 de esta obra al prestigiado director:
http://www.youtube.com/watch?v=Dm_aeg3k_K8

Realizado por Claudia Dasí.





sábado, 23 de marzo de 2013

Centenario de Albert Camus


 El escritor Javier Villán nos presenta una publicación en El Cultural sobre uno de los muchos autores que se encuentran dentro del teatro del absurdo y lo hace con motivo de la llegada de “ El malentendido” al teatro Valle-Inclán de Camus celebrando así el centenario de este y en honor a uno de los actores que se han ido en este 2013, Fernando Guillén.

Esta obra fue estrenada semanas antes de la entrada de los aliados en París, en 1944 sin una buena acogida por parte del público y de la prensa. Lo único que se pudo salvar de esta obra en aquella época fue la actuación de María Caseres.

Así dándose una segunda oportunidad a la pieza El malentendido llegaba el pasado enero al teatro Valle- Inclán con Cayetana Guillén Cuervo rindiendo homenaje a Albert Camus y a su teatro absurdo. Un teatro caracterizado por rasgos existencialistas y de un absurdo más bien metafísico donde el hombre, así lo cita, “ no logra descifrar el destino de su existencia”. Un autor que se alejo del lenguaje descoyuntado de Ionesco o Beckett, “ una dialéctica rota que ni puede ni quiere decir nada”

Además en el teatro de este autor fue relevante la relación de pensamiento y estructura que guardaba con sus novelas tales como El extranjero, donde Mersault mata sin motivo aparente, trastornado por el calor. Por el mismo camino, en El malentendido también se mata por una inexplicable ocultación de personalidad: la muerte es una costumbre trivial, un destino.



Realizado por Claudia Dasí

Origen del teatro del absurdo




Sería “absurdo” empezar a hablar del Teatro del Absurdo, sin primero, entender donde encontramos el origen de este movimiento, y cuáles son sus principales motivaciones y características.

En la década de los ’40 y principios de ’50, sobretodo en París, aparecen ciertos dramaturgos que utilizan la etiqueta de lo absurdo para enfrentarse a la ansiedad, lo salvaje, y la duda de un universo inexplicable.
Por ello, tienden a asumir las imágenes del sueño y la pesadilla, para así, centrarse en la percepción emocional de la realidad interior del autor, sin interesarles tanto la objetividad.

Estos autores (Arthur Adamov, Fernando Arrabal, Samuel Beckett, Jean Genet, Eugene Ionesco, y Jean Tardieu), reflejan sus frustraciones utilizando un estilo teatral común, que los aúna en lo que posteriormente el crítico Martin Esslin acuñará como: “modalidad dramática que se rige por los principios existencialistas expresados en términos absurdos" o como lo conocemos hoy en día “Teatro del Absurdo”.

Este estilo está caracterizado por contener tramas que aparentemente carecen de significado, con diálogos repetitivos y la falta de una estructura dramática que suele crear una atmósfera onírica (cómo antes hemos mencionado).

A través del humor y la mitificación el dramaturgo del absurdo cuestiona la sociedad y al hombre, marcando así, sus rasgos existencialistas, aunque también encontramos otros rasgos muy significativos como lo son la incoherencia, el disparate y lo ilógico. El lenguaje utilizado es una serie de aproximaciones para alcanzar una realidad ambigua y decepcionante.

Los principales autores de este movimiento, son: René Marques, Alfred Jarry, Antonin Artaud, Virgilio Piñera, Eugène Ionesco, Samuel Beckett, Jean Genet, Tom Stoppard, Arthur Adamov, Harold Pinter y Slawomir Mrozek. Algunas obras representativas son: Esperando a Godot, de Beckett y El rinoceronte, de Ionesco, o de este último también La cantante calva.

Realizado por Rubén Felis.